Reencuentros
- Byou
- 5 may 2019
- 2 Min. de lectura
Hace dos días, logramos organizar una cena con muchos de los compañeros del instituto. La verdad, siempre había creído que me daría pereza acudir a una de estas cenas, pero poco a poco fui cogiéndole ganas.
Algunos de los asistentes forman parte de mi grupo de amigos, por lo que sabía que de igual modo disfrutaría de la cena.
Me sorprendió gratamente.
A los 12 años tuve que cambiar de colegio, ya que al que iba solo ofrecían curso hasta sexto de primaria. Yo tenía mi grupo de amigos, mi clase, y no necesitaba a más gente. Pero, el cambio de colegio supuso la distancia de la mayoría de ellos. Los que siguen conmigo, son aquellos por los que estoy tan orgullosa a día de hoy, y les agradezco tanto que formen parte de mi vida.
La llegada al instituto fue complicada. Me costó encajar en un grupo donde pudiera llevarme bien con la gente, me costó estar sola en muchos momentos en los que necesitaba a alguien, pero conseguí formar mis amistades que aún perduran.
Con los demás, era alguien que no era. Me explico. Uno de los grandes defectos que he tenido siempre, es que tengo en cuenta y me importa mucho la opinión de los demás, sobre lo que digo, hago o lo que soy. Lo sé, tremendo error. Así que, durante mi estada en ese colegio no conseguía mostrarme realmente como era, únicamente con pocas personas.
Este reencuentro, no sólo me ha servido para reencontrarme con esas personas con las que tenía una relación bonita durante el paso de mi adolescencia, sino que me ha ayudado a reencontrarme. Me ha hecho ver, que debía ir como yo quería, como yo me sintiera, con la ropa que me apetecía llevar, con más o menos maquillaje, y, que iba a comportarme como soy. Es claro que el tiempo me ha ayudado a quererme más, a comprenderme más y a asimilar que lo que los demás digan no importa. Una de esas personas que me ha dejado huella, me dijo: "Beth, tienes que ser feliz. Es lo único que importa. Da igual lo que piense o no piense la gente, es tu vida y debes vivirla". No era su mejor momento, pero lo dijo en el momento oportuno para mí. Y desde aquí se lo agradezco.
Además, pude acercarme a gente con la que tuve una relación de amistad pero que nos fuimos distanciando por X motivo. Es genial ver como gente a la que querías y que sabes que son buenas personas, les está yendo bien la vida.
De este reencuentro, tanto propio como con los demás, me ha ayudado a no guardar rencor, a ser quién realmente soy sin importar lo que puedan pensar, me ha recordado que las personas cambian, y maduran, y aprenden de los errores que han cometido.
Así que, doy las gracias a todos ellos. Los que estuvieron y los que no, porque de ese camino que recorrí me he construido, he crecido y me he convertido en la persona que soy ahora.
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