top of page

Reflexiones

  • Foto del escritor: Byou
    Byou
  • 4 jul 2019
  • 2 Min. de lectura

Hoy, después de hacer mis obligaciones por la mañana y empezar a ver nuevos episodios de Stranger Things, me he puesto a pensar un poco (que también va bien).


Acabo uno de los capítulos y pienso "¿qué es lo siguiente?". Tengo la tarde libre y me debato entre seguir viendo capítulos de esta serie de televisión, intentar quedar con alguien para dar una vuelta y que me de el aire...

Poco a poco, me doy cuenta de que dependo demasiado de los demás.


Hablando por whatsapp, se lo decía a una amiga. La de veces que he pensado de ir al cine sola, por mí, y la de veces que me tiro para atrás. ¿Porqué? Pues no lo sé. Sé que somos seres humanos y somos seres sociales, pero también podemos disfrutar de nuestra soledad. No es algo malo. Entonces, ¿porqué cuesta tanto hacer cosas solo?


Ahora, hablo por mí. Soy hija única, mi familia no es muy grande y más teniendo en cuenta que me he criado en la parte familiar dónde no tenía ni primos. Mi vida social siempre se ha basado en "los amigos". Y sí, los pongo entre comillas porque no siempre se pueden llamar así. Siempre he considerado a mis "amigos" personas muy importantes en mi vida, incluso más que la familia a veces. Supongo que me refugiaba y me refugio en ellos para no sentirme perdida, ni sola.

Conforme me he hecho mayor, he mejorado la capacidad de seleccionar a aquella gente que merece realmente la pena. Aquella con la que puedes contar en todas las ocasiones, sean buenas o malas. Incluso, aquellas personas que están lejos pero que sabes que están contigo siempre. A pesar de haber filtrado esto, ese vacío que a veces me invade sigue estando allí.

Es un vacío comparable a las pérdidas, tanto por muertes como por amistades, pareja, etc. Echas de menos la sensación de estar protegido, de tener siempre a alguien a tu lado aunque sea para hacer nada. Echo de menos estar acompañada. Tener a alguien más que no sea solo yo.


(Mientras leo esta última frase, siento dolor por haberla escrito. Si yo misma me trato de manera inferior que al resto... ¿cómo puedo disfrutar de mí?)


Soy una chica que me gusta tenerlo todo bajo control. Soy mandona, perfeccionista, pesada, tozuda y mil adjetivos parecidos a estos. Cuando en mi vida aparece algo que no puedo controlar, porque no depende de mí, me frustro. Odio que las cosas no salgan como quiero, ni cuando quiero. Poco a poco, estoy mejorando en este aspecto, pero no es fácil tampoco. Creo que utilizo el control para abordar mi sentimiento de inferioridad, aunque no siempre resulte efectivo. Pero, como he dicho, mi mente intenta cambiar esas creencias por otras de mejores y así poder seguir adelante, aunque sea por otro camino.


Escribir, me ayuda a materializar mis pensamientos y sentimientos. Sé que no debo ser la única persona que se sienta de esta manera, y puede que incluso alguien leyendo esto se sienta identificado.


A mí y a todas aquellas personas, les quiero decir que:


-SOMOS IMPORTANTES

-SOMOS MERECEDORES DEL TRATO QUE DAMOS A LOS DEMÁS (pero hacia nosotros mismos)

-SOMOS CAPACES DE TODO

-SOMOS FUERZA Y PODER

-SOMOS LIBERTAD DE HACER LO QUE QUERAMOS Y LO QUE NOS GUSTA

-SOMOS FLEXIBLES Y ADAPTABLES A SITUACIONES QUE NO PODEMOS CONTROLAR

 
 
 

Comments


bottom of page